viernes, 26 de junio de 2009

Mordisquito 2009

Me tomé el atrevimiento de rendirle este pequeño homenaje al querido compañero Enrique Santos Discépolo.
He tratado de imaginar que le diría hoy a Mordisquito. Seguramente, si viviera, Discepolín se expresaría mucho mejor.
Pero también estoy seguro que le diría casi lo mismo.
Y seguramente, el 28, votaría lo mismo que yo.
-.-.-.-.-.-

Bueno, mirá, Mordisquito, te lo digo de una vez, Yo no lo inventé a Kirchner. Te lo digo de una vez, como hace más de 50 años Discepolín te decía que él no había inventado a Perón.
Si, si, antes que me lo recuerdes, te lo digo yo: Nestor no es Perón. Y Cristina no es Evita. Qué te parece! Vaya comparación!

Pero sabés que pasa, Mordisquito? Como aquel gran narigón, autor de himnos como Cambalache, Uno, Gira Gira y tantas otras páginas inolvidables, yo también quiero terminar con este derroche de buena voluntad que estoy poniendo en mi afán por liberarte de tanto macaneo, de tanto charlatán impune, de tanto gorila mediático, de tanto ”medio pelo” resentido.

La verdad Mordisquito, yo no lo inventé a Nestor, ni a Cristina. Ellos nacieron como una reacción a tantos gobiernos retrógrados y “neoliberales”. Yo no lo inventé a Nestor, ni a Cristina, ni al Frente para la Victoria. Los trajo, para defenderse, un Pueblo al que vos y los tuyos habían condenado a un irremediable destino de miseria y exclusión.

Nacieron de vos, por vos y para vos. Esa es la verdad. Yo no los inventé, Los trajo esta lucha salvaje que siempre nos proponen vos y los tuyos, Mordisquito.
Los trajo el cansancio de tanta gente a la que vienen verdugueando hace más de 33 años. Los trajo tu tremendo desprecio por los de abajo, por los laburantes.

Los trajo el dolor de haber sufrido la dictadura más cruel de la historia, que hizo desaparecer miles de compañeros mientras vos, Mordisquito, paseabas por Punta del Este, Río de Janeiro y Miami, con la mágica fiebre del déme dos.
Y cuando pasó el miedo a la represión, llegó el hambre, la falta de trabajo, el Plan Austral, el Plan Primavera. Y los laburantes siempre poniendo el lomo, mientras vos timbeabas con el dólar. Y timbeando con el dólar te cargaste al gobierno de Alfonsín, Mordisquito. Y… ¿que nos quedó? El punto final y la Obediencia debida.

Y sabés que otra cosa los trajo? Los trajo la traición de aquel riojano disfrazado de Facundo Quiroga.; el que le vendió el P.J. a tus amigos, el que festejaba con Neustad y Grondona, diciendo “Je,je , si decía lo que iba a hacer no me votaba ninguno”. Y se reían, Mordisquito. Se reían.
Claro, no mataban peones ni trabajadores molestos, porque no hacía falta. Simplemente los dejaban sin trabajo. ¿Te acordás, Mordisquito?
Vos, mientras tanto, festejabas. Y empezaste a viajar a Can Cun, a Punta Cana, te mandaste un par de cruceros de lujo por el Caribe.
Un peso: un dólar, Mordisquito.
¿Te acordás de Cavallo y la convertibilidad

¿Tengo que explicarte más? ¿Te tengo que hablar de las miles de empresitas familiares , y alguna más grande también, fundidas, cerrando sus puertas, dejando a todos los laburantes en la calle. porque la onda era importar?
Vos comías jamón crudo español y queso suizo, Mordisquito, pero el Pueblo, el que antes había vivido de un jornal o un sueldo, corría la coneja.

Si, yo sé que te fastidia que te lo recuerde. Claro.
Pero vamos a terminar con el verso de una vez. Porque, te repito: yo no inventé a Néstor ni a Cristina.
Los trajo la injusticia, el desengaño por tanta mentira, por tanta traición.
Los trajo la piolada del gallego de la Sota metiendo a Cavallo en el P.J., para poder ganarle Córdoba a los radicales. Los trajo el vaciamiento del estado que realizaron el turco y Cavallo, el regalo de las empresas públicas, de Aerolíneas, de Segba, de YPF, de Gas del Estado, de SOMISA.

¿Te acordás de Somisa, Mordisquito?
Ni los milicos se atrevieron a regalar así todas las empresas del Estado por papelitos de colores de la deuda externa, que se compraban a 30 en el mercado y el Estado te los tomaba a 100 para pagar las empresas que se privatizaban. Papelitos de una deuda que, además, era casi toda trucha.
Claro. Los milicos miraban el cuadro de. San Martin en los cuarteles y sentían un poquito de vergüenza. No podían olvidar que YPF nació por impulso de Mosconi que era general y que Savio, que fue otro milico, es casi el padre del acero en Argetina.

Pero al turco no le importaba; él era pragmático. Por eso te gustaba a vos, no Mordisquito?
Con los verdes que entraban mantenía el 1 a 1 y vos y tus amigos pudieron conocer Europa. ¿Fuiste a Paris? ¿Y a Roma?
Mientras tanto por acá había muchos que no podían ni pagar el pasaje de colectivo para salir a ver si conseguían algún trabajo.

No, si la memoria fastidia, claro. Pero yo no inventé a Nestor y a Cristina. Los inventó toda esa mugre, esa injusticia. Esa postración de nuestro Pueblo. Los inventó la falta de laburo, los pibes que dejaron de ir a la escuela,

Yo se que te da rabia que, como Discepolín, te lo repita muchas veces.
Pero es que lo que me dá más rabia a mí, es que no querés escucharlo.
Reconocé de una vez que a vos también te cagaron. Reconocé que a tu primo, el investigador lo mandaban a lavar los platos. Y que a tu sobrino todavía sigue trabajando para el mismo patrón figurando como monotributista después de 10 años. Claro, así aprendieron a bajar costos. Flexibilización le llamaron, no Mordisquito?
Sin pagar aportes jubilatorios, ni seguro de vida, ni A.R.T.

No lo sigas negando.
Reconocé que ese Pueblo, que se bancó 18 años con su partido político mayoritario proscripto, y que recuperó la alegría en el 73, después fue masacrado, física y económicamente.
Fueron muchos años Mordisquito. Demasiada pobreza y demasiado sufrimiento.
Como dijo una vez el Diego, a ese Pueblo le cortaron las piernas. Mordisquito. Porque a un tipo que toda su vida no hizo más que trabajar para dar de comer a su familia, dejarlo sin laburo es cortarle las piernas. Es robarle la dignidad.

No me jodás más, Mordisquito. No me digas que hay muchos que no quieren trabajar, que son vagos.
Probá vos. Presentáte a un laburo y dejá como dirección una casilla en una villa. En cualquiera. En la ciudad de Buenos Aires o en la Provincia. Y sentate a esperar que te llamen. Mientras esperás, probá de leer las obras completas de Sócrates, las que leyó tu amigo el turco..

Alguno de esos hombres que perdieron su trabajo, en su afán por ganarse un peso para que sus hijos coman se hizo cartonero.
¿Qué me vas a decir? ¿Qué el cartón y el plástico se pagan bien?
¿Alguna vez probaste salir a revolver la basura de otro para ganarte unos pesos?
¡Hacelo! Y tratá de llevar con vos a tus hijos.
Seguramente pensarás que los pibes se divierten. Los tuyos, a lo mejor te lo agradecen.

Seguís sin entender. Mordisquito. Te lo repito. Yo no inventé a Nestor ni a Cristina.
El Pueblo, harto de vos y de los tuyos, los inventó.
Inventó a ese flaco con la cara curtida por el frío y el viento del sur y a esa mujer que se le plantaba al turco y a su banda en el Congreso.
Y el Pueblo les puso todas las fichas. Y se las sigue poniendo, Mordisquito.
Vos, en tanto, seguís escuchando a los que Discepolín llamaba “pajarones”
Esos pajarones que siempre tienen buena presencia, hablan en difícil y vos, aunque no entiendas ni medio, repetís lo que dicen.

Compraste Mordisquito. Compraste el cuento del “mercado” Mordisquito. El cuento de las consultoras “especializadas” y los gurúes, como les llaman ahora.
Cuando éramos chicos leíamos cuentos de piratas que nos fascinaban. Eran piratas buenos. Siempre le robaban a los malos y repartían con los buenos y los pobres.
Pero crecimos, Mordisquito, crecimos.
Y los piratas no se tapan más un ojo. Te tapan los dos a vos para que no veas como te engañan.

Mientras tanto el Pueblo, harto, empezó a buscar como dar vuelta la taba. Y los inventó a Nestor y a Cristina. Y, como te dije antes, les puso todas las fichas. Y los banca para que recuperemos el país.
Fueron muchos años de saqueo y no esto no se arregla en un par de años.
Hay que recuperar la economía. Hay que recuperar el trabajo.
Hay que recuperar la justicia. Hay que recuperar la dignidad.
No es poco.
Te dejo, Mordisquito. Con tu conciencia.
Los Kirchner son tuyos. Vos los trajiste.
Por tu inconducta, por tus abusos.
Por tu desprecio hacia el màs débil,

A mi lo único que me resta es agradecerte, como diría Discepolín, por el bien enorme que sin querer le hiciste al país. Y a nuestro Pueblo.

A mi tampoco me la podés contar más, Mordisquito.
Hasta otra vez.
Si, hasta otra vez.

1 comentario:

  1. Muy bueno Mordisquito, excelente, debemos pensar porque tenemos que seguir, pensando que hay una salida si continuamos apoyando el Proyecto Nacional y Popular que lleva adelante la Presidenta Cristina Fernadez de Kichner.
    Por todolo que se ha hecho y lo que falta hacer, FUERZA CRISTINA ,de a poco el pueblo va encontrando la felicidad.

    ResponderEliminar

Dejanos tu comentario!!!