En caliente.
Con un nudo en la garganta.
Así estoy escribiendo estas palabras.
Con toda la angustia y todo el
dolor con que se despide a alguien a quien no quisiéramos despedir nunca.
Y, en realidad, no lo despedimos
Porque hay hombres a los que nunca se les dice adiós.
Siempre estarán.
Siempre seguirán presentes muy adentro nuestro, en el amor que supieron
despertar en nosotros a lo largo de sus vidas.
Siempre vivirán en el amor que un Pueblo entero siente por ellos.
Pocos artistas, pocos hombres, llegan a despertar un sentimiento tan
fuerte.
Leonardo Favio,
Días atrás conversábamos en Cambio
y Futuro en el aire sobre la costumbre de nuestra sociedad de agasajar a
los grandes después de su muerte.
Ha ocurrido con muchos.
Durante la vida no todos recibieron el aplauso que merecían.
La muerte les otorgó ese reconocimiento
que no siempre habían recibido en vida.
Con Leonardo Favio ha sido distinto.
Algunas generaciones lo conocimos
en tiempos en que se veía obligado a empeñar la plaqueta de un premio recibido
por una película para poder encarar el financiamiento de una nueva creación.
Aunque parezca una fábula, ocurrió así.
Muchos que peinamos canas lo vimos confesarlo con resignada ironía en
algún programa de televisión.
Otros lo descubrieron cuando se decidió a cantar.
Y en tan solo 60 días se convirtió en el artista nacional más escuchado
y sus discos volaban de las disquerías de entonces. Fue el hit de ese año!
Sus creaciones cinematográficas se convirtieron en un imán que
despertó la admiración y el aplauso de amigos y adversarios políticos.
Desde aquella “Crónica de un niño solo”, casi autobiográfica, hasta la
deslumbrante versión de “Aniceto” convertida en un ballet de una exquisitez estética deslumbrante.
Su compromiso político no podía ser otro.
El peronismo fue su compañero de viaje durante toda la vida.
Se crió en la pobreza, el dolor, el desamparo, el sufrimiento.
Y vivió las transformaciones que el peronismo produjo en esa sociedad de
excluidos, postergados y maltratados, de la que había formado parte en su
niñez.
Y amó al peronismo como una religión.
"Yo no soy un director de cine peronista;
soy un peronista que hace cine.
Trato de no usar mi arte para bajar línea política, porque
tengo miedo de que se me escape la poesía"
"Pero hago cine como peronista"
"Ese es nuestro oficio: testimoniar el
llanto, testimoniar la historia, ser memoria".
Ese mundo de su infancia lo
acompañó a lo largo de la vida como un ADN.
Cada paso que dio, cada creación artística estuvo impregnada de ese amor
reivindicativo.
Ese amor solidario y dolorido frente al sufrimiento de los más débiles,
de los más humildes, estuvo presente en toda su obra como director de cine.
Sus personajes fueron los “anti-héroes”, los “héroes de abajo”, los
niños desvalidos, los que, mas allá de sus triunfos ocasionales, fueron siempre
los grandes perdedores de una sociedad injusta.
Una sociedad que el peronismo llegó para transformar, para hacer más
justa, más solidaria.
El romance del Aniceto y la
Francisca , en oportunidad de su estreno fue calificada por la
crítica más exigente, como la “mejor película argentina de todos los tiempos”
Similar aplauso generaron “Moreira”, “Nazareno Cruz y el lobo”, “Gatica”.
Fueron personajes de esa inmensa galería que desfiló por su obra.
Vencedores vencidos, perdedores que triunfan; para todos hubo lugar en
sus creaciones.
Compañeros y adversarios políticos coinciden en saludar su enorme
talento creador y su permanente coherencia ideológica.
Como cantante fue un sensible transmisor de los sentimientos más humanos, más
cotidianos: el amor, el dolor por una ausencia, la alegría de un reencuentro.
Sin ser un militante orgánico, tuvo al peronismo como algo muy íntimo,
muy profundo.
Trabajó incansablemente, reuniendo los elementos más diversos, capaces de testimoniar ese amor por lo que representó, y representa, en la vida del país el peronismo, y construyó
ese enorme homenaje documental que es "Perón, sinfonía del
sentimiento!"
Como
testimonio de su amor por el peronismo y por los peronistas, en ocasión de su
estreno, en 1999, dedicó “Sinfonía de un
sentimiento” a la memoria de Héctor J. Cámpora, Hugo del
Carril, Ricardo
Carpani, Rodolfo Walsh, los trabajadores, los
estudiantes y el Grupo de Cine Liberación (que integraran en aquellos tiempos Fernando
Solanas, Gerardo
Vallejo y Octavio
Getino)..
Hace pocos años, en agosto
del 2006, le preguntaron como veía el presente.
Favio describió así ese presente:
Favio describió así ese presente:
"¿Cómo lo veo?
Maravillosamente bien. No es fácil la tarea en la que está envuelto este hombre.
Yo diría que, finalmente, después de más de cincuenta años, no tenemos un político
en el gobierno: tenemos un conductor, un tipo que te convence con hechos
concretos. Y despojado de toda hipocresía política. Pero, además, con mucha
visión y mucho talento. Me gustaría que lo supiéramos preservar.”
En los últimos años, manifestó reiteradamente su
firme apoyo a los gobiernos de Néstor y Cristina: "Desde la primera
presidencia de Perón, éste es el mejor gobierno que hemos tenido. Están
reconstruyendo un país, después del bombardeo que hemos sufrido, después de
años de padecer a gobernantes que se peleaban por ver quién les jodía más la
vida a los argentinos. Creo a muerte en este gobierno", sentenció, en una
entrevista.
En su última aparición frente a público al recibir en
2009 los “Cóndor de Plata!” por Aniceto, expresó:
"Nadie podrá decir de mí que fui un
desagradecido", y lo demostró agradeciendo el presente político y cultural
de la Argentina ,
"con el que soñaba desde chico".
Ayer, 5 de noviembre de 2012, a los 74 años inició
el viaje a la Gloria.
Por allá lo recibirán Hugo
del Carril, Carpani, Walsh, Cámpora, para agradecerle su homenaje, su amor, su
compromiso permanente.
Seguramente se sumarán a la rueda Juan Domingo Perón y Néstor Kirchner
Seguramente se sumarán a la rueda Juan Domingo Perón y Néstor Kirchner
Como siempre, allá, en la Gloria, TODOS UNIDOS
gracias You Tube
Gerardo Abbruzzese