lunes, 8 de junio de 2009

NUESTRA MARCHA

Generalmente los hijos superan a los padres.
Es casi una ley natural.
Los que somos padres sabemos que es así y trabajamos para ello.

Juan Carlos Volnovich, alguna vez, escribió que la deuda que tenemos con los padres se paga con los hijos.
Es lo normal
Todos los padres anhelamos para nuestros hijos lo mejor: salud, bienestar, educación, una inserción social que, en lo posible, supere la que hemos logrado nosotros.

Ese es nuestro orgullo. Y es natural que trabajemos para ello y que festejemos los progresos y logros de nuestros hijos.
De nuestros herederos.
De aquellos que dejaremos como recuerdo, como testimonio, de nuestro paso por la vida.

Pero esa ley a veces no se cumple.
Hay figuras paternas que, tal vez, por un su tremenda personalidad se convierten en un modelo irrepetible.
Padres que no solo nunca serán superados por sus hijos, sino que los eclipsarán irremediablemente.

Muchas veces pasa.
Y, parece que ha ocurrido nuevamente.

Después de enterarnos de la presentación que formuló el hijo de nuestro querido Hugo del Carril, y de verlo en un anodino reportaje en un canal de cable, sentí una profunda tristeza.



Este señor ha exigido, y logrado, de la Justicia, que la versión de la Marcha Peronista que grabara hace muchos, pero muchos años, su padre no pueda ser utilizada por los “Kirchner”, es decir el Frente para la Victoria porque según él, no representan al peronismo.

Dónde compró el peronómetro este muchacho?

Se lo habrá regalado algún empresario multimillonario y tatuado?
O algún “cacique” político retirado (aunque no mucho) del sur del Gran Buenos Aires?

Este muchacho, anoche, habló del sufrimiento de su padre en la cárcel, y luego reconoció que él, por ese entonces, no había nacido.

Yo sí había nacido.
Y le puedo confirmar que, efectivamente, su padre cantaba en la celda la “marcha” a toda voz, hasta que para hacerlo callar, algun guardia gorila (también había otros que lo querían, aunque lo ocultaran) le tiraba un balde de agua fría.
Pero el gran Hugo se la bancaba y, al rato, estaba cantando nuevamente.
Para regocijo de otros presos que lo escuchaban desde otra celda.

Lo conozco bien porque mi viejo también estuvo en cana como el gran Hugo del Carril, durante la dictadura de Aramburu, Rojas, y la Junta consultiva (en la que había muchos políticos de todos los partidos que, por supuesto, festejaban la proscripción del peronismo.)

En la calle, la gente aguantaba.
Y hubo dos símbolos de ese aguante.
El nomeolvides (simbólica flor que en el ojal de la solapa testimoniaba la lealtad al peronismo), y la “marchita”.

La marchita!

Empezaron a cantarla tímidamente en alguna cancha de fútbol . Al principio los reprimieron. Más de un hincha se comió un par de palos y algunas horas en la comisaría.
Pero, poco a poco, fue prendiendo. Fueron tomando coraje.
La cantaban muchos. Eran cada vez más.
Hasta algún cana se animó a entonarla disimuladamente.

Y creció.
Y al ritmo de ella creció la resistencia.
La cantaban los trabajadores.
Poco a poco la fueron aprendiendo los estudiantes.
Muchos se equivocaban alguna estrofa. Después se fueron ordenando.

Hoy es la música del PUEBLO PERONISTA.
Con la grabación atrás o sin la grabación.
Es NUESTRA MUSICA.
El que canta será el “viejo” de este muchacho, pero es NUESTRO CANTOR .
Es el que canta NUESTRA MARCHA.
NO LA DE ESTE MUCHACHO

A este muchacho:
No le gusta que cantemos con la grabación de su padre en los actos de Kirchner.
Seguramente le habrá causado más placer ver cantar esa marcha en el acto que organizó hace unos días el puntero duhaldista “Chicho” Basile para apoyar a la candidatura de Patti,

Claro, ahí, en el medio del salón, y con la mano levantada, la cantó Cecilia Pando.
Parece que ahora también es peronista, no?
Y parece que ese es el peronismo que le gusta al “hijo” del gran Hugo.

Es una pena.
No se agrede así al PUEBLO PERONISTA.
NO SE MANCHA ASI LA FIGURA DE UN MILITANTE TAN QUERIDO POR TODOS NOSOTROS.

Una recomendación final para el dueño de los derechos de intérprete.
Pedile perdón a la memoria de tu padre por lo que hacés con nuestro PUEBLO.

No te mando a pedirle perdón a Perón y a Evita, porque creo que no sabrías ni como comenzar a hacerlo

Gerardo

1 comentario:

  1. Muy bueno tu comentario Gerardo excelente , siempre lo que escribis

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